Carta al director publicada al diari ABC, el dia 25 de juny de 2008.
Harán bien los colegios de educación diferenciada en recurrir la sentencia del Tribunal Supremo, que deja la libertad de educación al arbitrio del poder político autonómico de turno. Sí, quiero romper una lanza a favor de la educación diferenciada, modelo educativo de contrastada eficacia en todo el mundo. La educación diferenciada no discrimina; todo lo contrario, busca favorecer a chicos y chicas porque considera que, de siete a dieciocho años años, en aulas separadas se forman mejor.
Pero, lamentablemente, los que mandan vuelven a utilizar la educación como arma ideológica y eso siempre lo acabamos pagando los ciudadanos con menos recursos. Además, el «café para todos» impuesto por algunos gobernantes sobre la educación de nuestros hijos no facilita un ambiente de libertad, ni una mayor calidad en el sistema educativo.
No nos dejemos confundir: la educación diferenciada no es un privilegio, es una opción. Y como los padres tenemos el derecho de poder elegir, cada uno debe optar libre y gratuitamente por la educación que considere mejor para sus hijos: mixta o diferenciada. ¿No pagamos todos los impuestos? Pues ¡ea!, libertad de elección. Recordemos que los derechos constitucionales no están para satisfacer sólo a las mayorías; son para todos, sin distinción. Por ello, como existe el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, el Estado tiene el deber de garantizar ese derecho. Nuestros hijos, de unos y de otros, pasado el tiempo, nos agradecerán haber crecido en un país donde, de verdad, se respete y defienda la diversidad.
Emili Avilés Cutillas
Barcelona
Harán bien los colegios de educación diferenciada en recurrir la sentencia del Tribunal Supremo, que deja la libertad de educación al arbitrio del poder político autonómico de turno. Sí, quiero romper una lanza a favor de la educación diferenciada, modelo educativo de contrastada eficacia en todo el mundo. La educación diferenciada no discrimina; todo lo contrario, busca favorecer a chicos y chicas porque considera que, de siete a dieciocho años años, en aulas separadas se forman mejor.
Pero, lamentablemente, los que mandan vuelven a utilizar la educación como arma ideológica y eso siempre lo acabamos pagando los ciudadanos con menos recursos. Además, el «café para todos» impuesto por algunos gobernantes sobre la educación de nuestros hijos no facilita un ambiente de libertad, ni una mayor calidad en el sistema educativo.
No nos dejemos confundir: la educación diferenciada no es un privilegio, es una opción. Y como los padres tenemos el derecho de poder elegir, cada uno debe optar libre y gratuitamente por la educación que considere mejor para sus hijos: mixta o diferenciada. ¿No pagamos todos los impuestos? Pues ¡ea!, libertad de elección. Recordemos que los derechos constitucionales no están para satisfacer sólo a las mayorías; son para todos, sin distinción. Por ello, como existe el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, el Estado tiene el deber de garantizar ese derecho. Nuestros hijos, de unos y de otros, pasado el tiempo, nos agradecerán haber crecido en un país donde, de verdad, se respete y defienda la diversidad.
Emili Avilés Cutillas
Barcelona
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada